«Infraestructuras, tecnología, sanidad y educación, son los sectores clave para los territorios rurales»
Norberto García. Portavoz de la Comisión Permanente de Directores de Secundaria de Cantabria. Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, comenzó su trayectoria docente como maestro de escuela rural en 1985. Desde 1996 es profesor del IES Montesclaros de Reinosa, centro que dirige desde hace nueve años. A finales de los 80 formó parte del equipo de Educación Compensatoria Rural de la Consejería de Educación del Gobierno regional y desde 2018 es portavoz de la Comisión Permanente de Directores de Secundaria de Cantabria.
–¿Qué es para usted un TRI?
–Lo entiendo como un intento de revitalizar una zona rural a través de la potenciación de sus recursos propios (calidad de vida, paisaje, tranquilidad, ecología, etc.), utilizándolos de manera sostenible a través de una apuesta por las infraestructuras y la tecnología. El primer objetivo es evitar que los jóvenes abandonen los pueblos y, el segundo, atraer a población emprendedora que se establezca de manera estable para impedir que estas zonas se despueblen.
–A raíz de la pandemia sanitaria el debate sobre la revitalización de los entornos rurales se ha intensificado, ¿por qué cree que se ha producido este cambio?
–Con toda probabilidad, por la búsqueda de entornos más saludables y más seguros. La pandemia ha generado muchos contagios y sobre todo mucho miedo a enfermar. Esto ha hecho que los pueblos reciban a muchas familias que tenían en ellos sus segundas viviendas e incluso se empadronen para residir de manera permanente. Sí es cierto que se ha incrementado las compras de viviendas en los pueblos. La covid 19 está propiciando este tipo de movimientos. –A escala global, ¿cuáles cree que son las necesidades más urgentes de los entornos rurales?
–Sin ninguna duda la dotación de servicios, sobre todo infraestructuras adecuadas y tecnología, Internet. Lógicamente, sobre una base de servicios sanitarios y educativos.
Cuando las administraciones apuesten por la combinación estos cuatro sectores, los territorios rurales, además de inteligentes, serán una opción real con posibilidad de poblamiento.
–El acceso a los servicios básicos: educación, asistencia sanitaria, alimentación, conectividad, ocio… está en el centro de las necesidades a cubrir para que cualquier entorno rural pueda ser un lugar realmente atractivo para fijar una residencia, ¿considera que esta es la clave para solucionar los problemas de población que acusan estas zonas?
–Seguro. La cercanía a un centro de salud, a una escuela y una modernización de las infraestructuras básicas que permita las buenas comunicaciones y un buen Internet para el teletrabajo y el ocio virtual de la juventud, son las claves de revitalización rural.
–Digitalización e innovación son dos de los pilares sobre los que se asienta el nuevo paradigma de desarrollo de los entornos rurales, ¿considera que estos procesos son distintos en el entorno urbano y el rural o incluso que entre las propias zonas rurales pueden tener distintas vías de desarrollo según necesidades particulares?
–Efectivamente. Si en las zonas rurales se consolida la digitalización y se implementan diferentes planes de innovación dirigidos a la creación de empleo y al establecimiento familiar, las zonas rurales aumentarían su potencial porque por sí mismas ofrecen posibilidades que no tienen los entornos urbanos: la ecología, el paisaje, la libertad, la tranquilidad, calidad de vida…
–A nivel educativo, ¿cuáles considera que son los puntos fuertes de la educación en los entornos rurales?
–Una escuela primaria siempre abierta y un centro de secundaria comarcal cercano que absorba toda la etapa de escolarización obligatoria. Una zona rural sin escuela es una comarca envejecida y con poco futuro. Si se pretende repoblar las zonas rurales, se ha de disponer de escuela o de una red de transporte cercano a ella. Este es un requisito indispensable que hay que garantizar a las nuevas familias que estén dispuestas a iniciar su vida en un entorno rural.
–¿Y los retos que tiene que afrontar y resolver?
–En línea con lo anteriormente mencionado, en la actualidad, nos encontramos inmersos en un bucle de difícil salida. Las escuelas se cierran por falta de un alumnado mínimo que las mantenga abiertas y los pueblos se van muriendo. Por eso se necesitan familias que apuesten por la vida rural y, para ello se precisan todas las garantías de empleo o autoempleo, sanitarias, tecnológicas y de infraestructuras básicas. Si no será imposible.
–Casi de manera inevitable, para completar sus estudios, cualquier joven debe marcharse de su pueblo… ¿cómo conseguir que le resulte atractiva la idea de volver?
–Esta es una situación muy difícil de resolver porque, incluso en las comarcas rurales que actualmente no están en tanto peligro de despoblamiento, la realidad es bastante hostil. A muchos jóvenes les cuesta regresar porque en las ciudades encuentran más vida y más salidas profesionales. Solamente cuando los pueblos puedan ofrecer posibilidades reales de trabajo y de vida a los jóvenes, estos regresarán una vez concluida su formación académica o profesional. Y todo esto pasa inevitablemente por ofrecer alternativas laborales serias, de emprendimiento propio y de garantía de vida para regresar y establecerse en este entorno con ganas de vivir su futuro en él. Si esto no ocurre a través de una apuesta global, decidida y firme muchas zonas rurales seguirán desangrándose.
–¿Qué pasos o en qué dirección deberían trabajar los organismos públicos y empresas privadas para conseguir este objetivo?
–Pues me temo que las iniciativas actuales son intentos demasiado débiles, incapaces de hacer frente a una situación tan grave como la que se vive en zonas como Valderredible, por ejemplo; una comarca muy extensa con unos recursos enormes sin explotar, con una belleza indescriptible y con todas las posibilidades de inversión por ejecutar, pero su lejanía a centros urbanos relacionados con el trabajo lo impiden a día de hoy. Esta zona (como otras en Cantabria) no puede sostenerse solamente con los impulsos municipales, ni siquiera autonómicos, se precisan planes integrales de todas las Administraciones que apunten en la misma dirección. El problema es que, además de imaginación, se precisa mucho dinero y ya sabemos cómo y dónde se centran las mayores inversiones en este país: allí donde hay rentabilidad. Creo que la pandemia puede ayudar a cambiar las cosas. Cientos de familias ya están iniciando el abandono de los grandes entornos urbanos. Es el momento de apostar con fuerza por lo rural trabajando sobre proyectos atractivos sustentados en los recursos que las zonas rurales ofrecen: ecología, sostenibilidad, salud, tradición e innovación. Inversión tecnológica importante e infraestructuras adecuadas. Son los pilares de la repoblación rural.
«Infraestructuras, tecnología, sanidad y educación, son los sectores clave para los territorios rurales» «A muchos jóvenes les cuesta regresar porque en las ciudades encuentran más vida y salidas profesionales»