¿Imaginas lo que pasaría si dejara de haber transporte escolar para que los niños y jóvenes fueran a clase? Simplemente que muchos no podrían ir. La educación dejaría de ser un servicio público universal.
Pues eso mismo ha pasado ya durante la pandemia del coronavirus con servicios digitales puestos en marcha por las administraciones públicas, como las plataformas de educación on line. Muchos niños y jóvenes, incluso universitarios, no tienen acceso a internet en su casa. O porque no hay cobertura, o por falta de recursos económicos para contratar internet con un operador comercial.
¿Sabes por qué no se han puesto en marcha servicios avanzados de atención a los mayores, como la video-asistencia sociosanitaria que permitiría conectarlos por videoconferencia con los servicios públicos sociales y sanitarios, además de con sus familiares y amigos? Por la misma razón.
No se puede implementar un servicio público que no sea universal, y en el caso de los servicios públicos digitales es necesario garantizar que el acceso a esos servicios no dependa de la capacidad económica de los usuarios para contratar servicios privados de acceso a internet, ni se vea limitado por la falta de cobertura de banda ancha en un determinado territorio.
Sólo hay dos soluciones: o pagamos la conectividad privada de los usuarios que lo necesiten, o creamos redes de comunicaciones públicas de ámbito local que permitan la conexión directa de esos domicilios: conectividad pública para servicios públicos
Nuestra propuesta es crear Redes Inteligentes de Gestión, redes de comunicaciones multifuncionales de ámbito y propiedad municipal, a las que se pueden conectar fácilmente los domicilios de los mayores que viven solos, o cualquier usuario de servicios públicos digitales que por motivos económicos no tuviera acceso a internet en su casa.
Las infraestructuras digitales públicas garantizan la universalidad de los servicios públicos digitales
Las Redes Inteligentes de Gestión están compuestas por tres capas interconectadas:
- Red troncal de alto ancho de banda con tecnología WiFi, capaz de ofrecer servicios avanzados a los ciudadanos, como zonas WiFi de libre acceso a internet, video-asistencia sociosanitaria, soluciones de turismo inteligente, promoción del comercio local, etc.,
- Redes de baja tasa de datos para la gestión eficiente de infraestructuras y servicios municipales como alumbrado, agua, residuos, movilidad, etc.,
- Plataforma de Gestión del territorio, apta para la monitorización de cualquier dispositivo o servicio conectado a la red.
Este tipo de redes permiten:
- extender la conectividad pública para ofrecer servicios digitales públicos de alto ancho de banda incluso en entornos rurales alejados,
- eliminar los costes de comunicaciones de los servicios públicos digitales ya sean de alto ancho de banda o de baja tasa de datos, prescindiendo de las tarjetas 3G/SIM/GPRS
- servir de infraestructura de apoyo para que los operadores privados de comunicaciones puedan extender sus servicios hasta el último rincón del territorio nacional,
- generar ingresos municipales vía el canon de uso por terceros para ofrecer sus servicios ya sea a particulares (acceso a internet, por ejemplo) ya sea para la gestión delegada de alguna infraestructura o servicio público (agua o residuos, por ejemplo).
Las infraestructuras públicas digitales tendrán también una importantísima función en la transición ecológica y la gestión de recursos ambientales esenciales permitiendo servicios como los siguientes:
- monitorización de redes públicas de abastecimiento de agua, permitiendo reducir las pérdidas actuales que se elevan hasta el 40% de media, monitorizar su calidad y facilitar un consumo responsable mediante la telelectura de contadores,
- vigilancia de vertidos contaminantes en redes de saneamiento, mediante el establecimiento de estaciones de control,
- monitorización de redes de energía públicas:
- telegestión de alumbrado público,
- monitorización de plantas productoras de energías renovables,
- monitorización de consumo en edificios públicos
- gestión de micro-redes locales de producción y consumo de energías renovables,
- gestión inteligente de residuos urbanos, adaptando las rutas de recogida de contenedores al nivel de llenado de los mismos,
- monitorización de la calidad de aire, suelo y agua, etc.
En condiciones normales la mejor oportunidad para generar este tipo de redes son los actuales proyectos de renovación de alumbrado público es una de las inversiones públicas más necesarias de cara a la reconstrucción post-coronavirus.